EL OTRO (II) - Matias Becerrica x Sol H. Castro

Matias Becerrica - Meet - 15 a 16hrs.

Lo lindo de retratar a un desconocide, es la idea de desarmar esa categoría. Cuando soy retratada, hay una vulnerabilidad que necesitás dejar ver para poder sentirte cómoda con quien te retrata y así dejarle ver al otro el costado más humano. Entonces el acto de retratar deja de ser una cuestión mecánica y se convierte en una situación personal.

Siempre me interesó cómo lo psicológico se desparrama en cualquier actividad artística-creativa. Las decisiones que se toman tanto de un lado como del otro, cómo se pueden mezclar para terminar conformando un cadáver exquisito.

Para empezar le pregunté algunas cosas a Mati, para poder comprenderlo, le pregunté cuál era su habitación preferida y por qué, le pregunté por qué eligió esta carrera, le pregunté qué es lo que le gusta desayunar y cuál es su horario favorito del día.

Me respondió que prefería su pieza porque era el lugar donde estaba más tranquilo, donde se alejaba de todo lo que tenía que ver con lo tecnológico, con el mundo virtual, también me habló de su casa anterior, donde vía con su mamá, me contó con nostalgia algunos detalles en los que pude ver a alguien sensible. A medida que íbamos charlando se abrió un poco más y me contó sobre sus fantasmas y algunas situaciones que le hicieron mal y cómo se fue apoyando en otras personas. Me habló de su papá porque me gustó un sweater que había usado y me contó que le pertenecía a su padre, que ya no está más en su forma física y que el sweater de alguna forma lo mantenía cerca, entonces quise usar el sweater para la foto.

Quise ver eso en él en las fotos, al principio estaba nervioso, yo también, no sabía cómo darle indicaciones, sabía que quería trabajar con sombras, quería mostrar un poco esa esencia casi inocente y su mirada nostálgica.

Al principio trabajamos sobre un fondo liso, probamos algunas cosas y después nos corrimos hacia la ventana, para tener un abanico de posibibilidades. Las fotos de la ventana me gustaron, pero quizás las que probamos al principio eran más interesantes porque veía la timidez más fresca de él. A medida que fuimos probando otras cosas, se fue soltando más y fue una experiencia muy buena.

Creo que Mati es una de esas personas que preferiría mantener cerca, es amigable, es comprensivo y racional.

Asi que si, cuesta retratar a alguien y mucho más cuando no estás presente y casi no podés manipular lo que estás fotografiando, pero creo que en los tiempos que corren, intentar borrar los límites que impone el distanciamiento nos llevan a compartir y crear nuevos vínculos desde la nada. Tal y como lo haríamos en las aulas de la FADU.

Comentarios del retratado:

Huile me hizo sentir cierta curiosidad desde el principio con respecto a mi retrato. No me gusta que me retraten pero Huile uso ciertas preguntas claves creo yo que para romper el hielo que me hicieron sentir super cómodo y abierto desde el minuto 1.
Vio mi sweater por cámara en la clase donde presentaron este TP y me pidió por favor que lo use. Para ayudarla le conté como era la historia de este sweater: este sweater era de mi viejo y sentía una energía extraña con el porque aunque yo mida 1,85 me hace sentir como un nene chiquito cada vez que me lo pongo.
Probamos varías cosas. Huile me pregunto que música quería escuchar, le pedi Chet Baker y de a poco fui abriéndome hacía ella y hacía las cosas que me pedía.

No quiero hablar de las cuestiones técnicas que hicimos mas ya que las dijo muy bien Huile acá arriba.

Pegamos buena onda desde el minuto 1, siento que conectamos muy rápido para trabajar, me hizo sentir en confianza y me ayudo a abrirme bastante.

Trabajar delante de la cámara me hizo ver lo vulnerable que soy, lo mucho que puede hacerte pensar que te observen y lo seguro que te puede hacer sentir si la otra persona usa las palabras correctas.

Acerco otras cosas que probamos e inventamos.